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Iniciamos la publicación de los textos que se imprimieron con motivo de eX²periencia, un evento que tuvo lugaren la Sala Luis Miró Quesada Garland de Miraflores en Lima entre el 14 de febrero y el 2 de marzo de 2013.
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¡dispersoagrúpense!
increpodiscrepamos
consodisonamos
persuadisuadimos
alternoalineamos
coincidisidimos
concilioquerellamos
esclaviemanciparnos
¡dispersoagrúpense!
***
Le mostré una lista de como cuarenta
sustantivos que había anotado mientras pensaba en la esfera pública. Le dije
que estaba trabajando con una hipótesis que apuntaba a las causas de la
ausencia, de la desaparición o el secuestro de la esfera pública. Esto, le
dije, ha provocado la reducción hasta desaparecer del espacio para pensar
críticamente aquí y ahora. Como no hay espacio, pensar en un sentido crítico es
cada vez más raro, más arduo.
En Miraflores tres días antes le había dicho que necesitaba que me ayudara a decidir si es que era viable hacer un performance, que yo quería hacer algo con palabras, algo hablado delante de la Sala el día en que todo iba a empezar: Quiero tu coaching. Me dijo que la esfera pública existía pero era una de conflictos. En los conflictos aparecía. Me dijo que el tiempo para preparar algo era demasiado corto pero podríamos trabajar un día por un bloque de tres horas o más para ver lo que quería hacer. Me preguntó si había pensado algo y le dije que ya tenía palabras.
El jueves 7 de febrero, en Chorrillos, estábamos con las palabras escritas en un cartón delante de nosotros. Eran las 12 del día. Dije: Tengo estas pero quiero quedarme solo con diez, para enunciarlas afuera de la Sala para los que estén ahí y los que pasen el 14 de febrero. Emilio dijo: Estos son nombres ¿por qué no los conviertes en verbos? Y si te vas a dirigir a todos afuera de la Sala, en el espacio público, usa una forma que convoque, invite. Usa Nosotros, verbos conjugados en primera persona del plural. Me nació hablar y decirle: Me sorprendes con eso. Y fue porque de pronto reconocí y me reconocí: Nunca hubiera pensado en hacer lo que me dices, no pienso en verbos pienso en sustantivos. Son nombres que he ido apuntando en estos días. Me sentí extraño con lo que me había dicho, me había descolocado, ya me estaba dejando descuadrado. Nunca había esperado que todo empezara así, sentía que todo tenía la forma de una aspereza inesperada dentro de lo que yo había imaginado que era trabajar con él, Dije: Lo que se me viene a la cabeza siempre son nombres. Emilio se rió porque creo que también le sorprendió algo de la situación; yo me reí nervioso un poco con la secreta esperanza que no siguiera tratando de empujarme hacia algo que no conocía. Me dijo: Tu pones distancia. Clasificas. Tú no estás dentro. Tomas distancia para observar y estudiar. Si vas a hablarlas, tienes que reconocer al otro e invitarlo, tienes que incluirte, decir nosotros. No dije que probaría pero empecé a probar, más por hacer algo que por convicción de llegar a algo porque no veía adónde podía llegar. Probar. Nosotros. Me dijo: Hay palabras que son opuestos. Le dije. Sí, he querido abarcar los extremos como para delimitar un territorio, un espacio. En ese momento me parecía ir cuesta arriba pero sentí que nada perdía: Nos conocemos.
Lo había buscado para compartir con él estas horas de trabajo en las que me aventuraba a hacer algo que nunca había hecho. Entonces vi que él empezó a unir los opuestos haciendo con ellos palabras nuevas que una vez nacidas se tensaban. Eso jamás se me había pasado por la mente. Decir palabras, cada una de ellas construida a partir de otras dos palabras. Pero también dos formas de conjugación de verbo. Dos nosotros para decir algo que era doble movimiento, en una dirección y en otra, las dos a la vez. Oí que me decía: Escríbe, haz una lista de las palabras de tu primera lista que realmente quieres decir y que son opuestos, y únelas. Con ellas di nosotros. Mientras miraba cómo él seguía pensando duplas de opuestos y escribía, y al escribirlas ya aparecían unidas formando palabras, le dije: No me parece fácil decir algunas de estas, pienso que esta funciona, esta otra no. Marca las que para ti funcionan y haz otras tú con las que quieras. Eso hice. Fue lo que hicimos. Juntos llegamos ocho palabras que eran nuevas, ocho frases verbales inventadas. Emilio dijo: Todo fluyó bien. Eran las dos de la tarde.
Jorge Villacorta
Lima, febrero de 2013
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Jorge Villacorta es crítico y curador de arte limeño.
En Miraflores tres días antes le había dicho que necesitaba que me ayudara a decidir si es que era viable hacer un performance, que yo quería hacer algo con palabras, algo hablado delante de la Sala el día en que todo iba a empezar: Quiero tu coaching. Me dijo que la esfera pública existía pero era una de conflictos. En los conflictos aparecía. Me dijo que el tiempo para preparar algo era demasiado corto pero podríamos trabajar un día por un bloque de tres horas o más para ver lo que quería hacer. Me preguntó si había pensado algo y le dije que ya tenía palabras.
El jueves 7 de febrero, en Chorrillos, estábamos con las palabras escritas en un cartón delante de nosotros. Eran las 12 del día. Dije: Tengo estas pero quiero quedarme solo con diez, para enunciarlas afuera de la Sala para los que estén ahí y los que pasen el 14 de febrero. Emilio dijo: Estos son nombres ¿por qué no los conviertes en verbos? Y si te vas a dirigir a todos afuera de la Sala, en el espacio público, usa una forma que convoque, invite. Usa Nosotros, verbos conjugados en primera persona del plural. Me nació hablar y decirle: Me sorprendes con eso. Y fue porque de pronto reconocí y me reconocí: Nunca hubiera pensado en hacer lo que me dices, no pienso en verbos pienso en sustantivos. Son nombres que he ido apuntando en estos días. Me sentí extraño con lo que me había dicho, me había descolocado, ya me estaba dejando descuadrado. Nunca había esperado que todo empezara así, sentía que todo tenía la forma de una aspereza inesperada dentro de lo que yo había imaginado que era trabajar con él, Dije: Lo que se me viene a la cabeza siempre son nombres. Emilio se rió porque creo que también le sorprendió algo de la situación; yo me reí nervioso un poco con la secreta esperanza que no siguiera tratando de empujarme hacia algo que no conocía. Me dijo: Tu pones distancia. Clasificas. Tú no estás dentro. Tomas distancia para observar y estudiar. Si vas a hablarlas, tienes que reconocer al otro e invitarlo, tienes que incluirte, decir nosotros. No dije que probaría pero empecé a probar, más por hacer algo que por convicción de llegar a algo porque no veía adónde podía llegar. Probar. Nosotros. Me dijo: Hay palabras que son opuestos. Le dije. Sí, he querido abarcar los extremos como para delimitar un territorio, un espacio. En ese momento me parecía ir cuesta arriba pero sentí que nada perdía: Nos conocemos.
Lo había buscado para compartir con él estas horas de trabajo en las que me aventuraba a hacer algo que nunca había hecho. Entonces vi que él empezó a unir los opuestos haciendo con ellos palabras nuevas que una vez nacidas se tensaban. Eso jamás se me había pasado por la mente. Decir palabras, cada una de ellas construida a partir de otras dos palabras. Pero también dos formas de conjugación de verbo. Dos nosotros para decir algo que era doble movimiento, en una dirección y en otra, las dos a la vez. Oí que me decía: Escríbe, haz una lista de las palabras de tu primera lista que realmente quieres decir y que son opuestos, y únelas. Con ellas di nosotros. Mientras miraba cómo él seguía pensando duplas de opuestos y escribía, y al escribirlas ya aparecían unidas formando palabras, le dije: No me parece fácil decir algunas de estas, pienso que esta funciona, esta otra no. Marca las que para ti funcionan y haz otras tú con las que quieras. Eso hice. Fue lo que hicimos. Juntos llegamos ocho palabras que eran nuevas, ocho frases verbales inventadas. Emilio dijo: Todo fluyó bien. Eran las dos de la tarde.
Jorge Villacorta
Lima, febrero de 2013
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Jorge Villacorta es crítico y curador de arte limeño.
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